viernes, 12 de enero de 2018

¡Esto parece un gallinero!

Hemos hecho mucho mobiliario todo este tiempo que llevamos con el cartón, pero en esta ocasión nos propusimos realizar dos mesitas de noche con un estilo algo peculiar. 
Siempre nos habían llamado la atención las puertas con rejilla de tela metálica (tipo gallinero) que aparecen en muebles de aspecto rústico y decidimos que era el momento de intentar utilizar este material en alguno de nuestros muebles. 

Empezamos la fabricación construyendo la estructura de las mesitas, siguiendo los mismos pasos de unos armarios de salón que habíamos hecho anteriormente, pero a una escala menor. Aquí os mostramos en cuatro pasos cómo se crea el esqueleto del mueble, desde los primeros cortes hasta el forrado con papel craft: 


Ya hemos comentado que el reto de este trabajo consistía en fabricar las puertas utilizando una malla  de gallinero como la que aparece en estas fotografías:



Como no podíamos clavar la tela metálica al cartón, que es lo que se suele hacer cuando se trabaja con madera, ideamos un prototipo donde ésta quedaba "emparedada" por dos piezas independientes y luego recubierta externamente para dar fortaleza al conjunto. 
Como una imagen vale más que mil palabras os enseño una foto y lo entenderéis mejor: 

El tamaño del agujero donde iba a ir la rejilla fue también un dilema a resolver que nos llevó un tiempo. Si lo hacíamos demasiado grande se vería el interior (cosa que no nos gustaba demasiado) y si lo hacíamos demasiado pequeño entonces perdía todo el sentido poner un elemento "semitransparente" como la malla. Había que encontrar el equilibrio.

Para no desperdiciar cartón, hacer un montón de pruebas y llegar a un resultado poco satisfactorio que no nos convenciera preferimos simular varios tamaños con un programa de retoque fotográfico y así nos hicimos una idea más clara de lo que queríamos y veíamos la escala con mayor claridad:


Esta es la simulación de la puerta con uno y con dos agujeros, que eran las dos variantes que teníamos pensadas:


Elegimos la variante con dos agujeros, ya que el conjunto nos pareció más armónico y la escala más adecuada:


Queríamos darle un acabado envejecido al mueble, así que dimos primero una capa de pintura acrílica de color verde esmeralda y luego la tapamos con otra capa de color blanco:


La bisagra de la puerta se resolvío añadiendo una tira de cartón doblada al lateral. Aquí podemos apreciarla antes de pegarla al armazón:


Una vez terminado el montaje sólo faltaba lijar la superficie blanca para dejar al descubierto el color verde del fondo, dando un toque vintage o desgastado al mueble:



Y por último podéis apreciar aquí el acabado ya colocadas las dos mesitas de noche en los laterales de la cama:


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