Quizá por aquello de los días de calor que estamos soportando, porque estamos todo el día en la ducha para intentar sobrevivir o porque nos encantaría estar ahora mismo metidos en una piscina de agua fesquita, hoy nos apetecía compartir en el blog un contenido relacionado con el agua.
Aunque en principio el agua y el cartón no son buenos amigos, aquí os enseñamos una iniciativa llevada a cabo por el artista alemán Frank Boelter con estos dos elementos.
Boelter es un artista que realiza obras efímeras, entre otras, con la intención de poner el foco en temas políticos o de interés público. Gran parte de ellas las fabrica con papel o cartón y con ayuda de voluntarios.
Una de las aventuras más locas de este
artista fue fabricar "un gran barquito de papel", como aquellos que hacíamos de
pequeños, utilizando el cartón como material y el
origami como técnica de construcción.
La idea se le ocurrió una mañana mientras desayunaba. Cogió un envase de cartón vacío de los que almacenan la leche y construyó un modelo a escala de lo que luego iba a realizar a gran tamaño: 30 pies de largo, 55 libras de peso, una pieza de cartón de tipo Tetrapack de 170 metros cuadrados y dos horas de construcción ... ese fue el resultado. Y por supuesto que su intención era navegar con él de una forma real.
Aquí tenéis el resultado de su invento.
